martes, 28 de junio de 2011

Ojo con la masturbación vigorosa y las dolorosas fracturas del pene

Hay quienes gustan de ponerle energía y adoptar posturas acrobáticas a la hora de “encumbrar volantines”. Esto puede generar lesiones en la piel y la estructura del pene. Incluso se puede terminar orinando sentado.






Ojo con la masturbación vigorosa y las dolorosas fracturas del pene
Hay que cuidar al amigo de abajo, que es sensible a los fenómenos de la física y la biología.
LA NACiÓN

Entre los grandes mitos ancestrales desmentidos por la ciencia contemporánea en los últimos años, se ha ratificado que la masturbación no deja tonto, ni genera vellosidad en las manos, ni hace que se pierdan milímetros cúbicos de cerebro con cada eyaculación generada en base a trabajo manual e imaginación. Sin embargo, este gratuito placer pide algunas precauciones para no atentar contra el fiel compañero de abajo.

Un artículo publicado por la revista Men’s Health , indica que la principal causa de fracturas en el pene es lo que llaman “masturbación vigorosa”. A buen entendedor pocas palabras, dicen, pero considerando que el otro tipo de entendedor abunda, es preferible aclarar que este concepto citado por la publicación hace referencia a cualquier práctica masturbatoria donde el pene es sometido a circunstancias extremas de presión o movimientos bruscos.

Basta recordar aquella portada del diario “La Cuarta” del 6 de marzo de 1998, que relataba el caso de un hombre que llegó a la Posta Central con el pene ahogado por un vengativo anillo de rodamientos, al cual penetró sin siquiera preguntarle o invitarle una piscola. El objeto terminó estrangulando su miembro, el que se hinchó a tal punto que un equipo conformado por dos compañías de bomberos, un dentista, además de los médicos y auxiliares del mismo recinto asistencial, según consta en el “diario popular”, trabajó por más de tres horas logrando, finalmente, la libertad del órgano.

Eso ya es extremo, pero hay prácticas similares que son comunes, como la utilización de anillos, que según el sexólogo Mauricio Salas “colapsan el flujo sanguíneo, generando lesiones bastante dolorosas que incluso pueden terminar relacionándose, en algunos casos con disfunción eréctil”. Esta es una técnica frecuente entre los strippers, que utilizan argollas en la base del pene para mantener la erección mientras bailan grandes éxitos de Chayanne ante el alocado público.

ME GUSTA TU ESTILO, PERO MÁS ME GUSTA EL MIO

Así como pasa con el corte de cabello o los mocasines, cada varón tiene su propio estilo a la hora de “encumbrar volantines”. Según un artículo de la revista WebMd, la doctora Martha Cornog, autora de “El Gran Libro de la Masturbación”, indica que ya sea que se usen la manos, se frote el pene contra una superficie, se use ropa especial o se haga frente a un espejo, “las leyes de la física y la biología no dejan de operar sólo porque alguien se está masturbando”.

Una técnica poco frecuente es la de masturbarse acostado, con el abdomen hacia abajo frotando el pene contra la sábana, la almohada o incluso contra el piso alfombrado. Lo que pocos saben es que, según la doctora Barbara Bartlik, terapeuta sexual de Nueva York citada en el mismo artículo, esto puede generar un trauma en la uretra tan severo, que se han registrado casos de varones que ya no pueden usar un urinal y terminan orinando sentados.

En relación con la fractura peniana, el doctor Salas indica que en Chile la mayoría de los casos que se registran se relacionan, al menos en su experiencia clínica, con las relaciones sexuales en pareja antes que con episodios de masturbación vigorosa. Lo mismo relacionado con el doloroso corte del frenillo, que genera un gran sangramiento. Esto, según explica el médico pedagógicamente, debido a que “cuando uno está con su propio instrumento es más controlable y sabe dónde le duele y si se está haciendo daño”.

“La fractura se genera por un cambio de posición o por un movimiento brusco cuando el pene se encuentra completamente erecto. En caso de que esta se produzca se hace un ecodopler peniano para detectar dónde está ubicada la fractura de los cuerpos cavernosos”, indica Salas, haciendo un llamado a la confianza en los avances de la tecnología y la ciencia.

Lo más común, sin embargo, son las lesiones en el prepucio, que se generan no sólo cuando la práctica es frecuente, sino que también dependen del ejecutante y el tipo de piel que este tenga. Para evitar aquello existen una serie de cremas, juguetes sexuales, masturbadores automáticos y lubricantes pero, según Salas, su uso no es imperativo y depende ya de los gustos del usuario.



lanacion.cl

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