Burbujas, globos y vítores acompañaron a los restos de la pequeña Rafaela hasta el cementerio Parque del Recuerdo donde será sepultada. Santibañez, emocionada agradeció a la gente que se agolpó en las calles a despedirla.
Emocionada, pero sin derramar lágrimas, Marisela Santibáñez acompañó los restos de su hija Rafaela que fueron trasladados desde la iglesia Santa Gemita en Nuñoa donde fue velada, hasta el cementerio Parque del Recuerdo, donde será cremada.
Una procesión masiva, donde cientos de personas salieron a la calle a despedir a la pequeña de 8 años que este martes murió de leucemia tras 40 días de lucha. Un ángel, que a pesar de la lluvia y el frío entibió el corazón de los chilenos que con globos, burbujas y pétalos de flores la acompañaron durante su último viaje.
Incluso, los trabajadores de La Pérgola de Las Flores escribieron en el suelo “Adiós Rafaela” con pétalos blancos y un enorme corazón que se podía ver desde la distancia.
Gestos espontáneos que la actriz y su ex pareja han agradecido, y que ha reunido a toda la familia televisiva nacional quienes de a poco han comenzado a llegar hasta el cementerio a los funerales de Rafaela.
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