La primera alerta del miércoles fue a las 06:59 horas. Los analistas del Centro de Monitoreo de Buses del Transantiago detectaban que el recorrido C10 tenía una demora de 22 minutos y lideraba los puntos críticos del plan de transporte.
De inmediato se telefoneó a las oficinas de RedBus para que solucionaran el problema. Los minutos pasaban y los buses no aparecían, pues se generó otra alerta del recorrido, que advertía un nuevo retraso de 15 minutos. El reloj marcaba las 08:00 horas y la indignación de los usuarios se tomó la esquina de Luis Thayer Ojeda con Providencia.
Si Transantiago avisó varias veces de la falla en la frecuencia del alimentador C10, ¿por qué la empresa no evitó la crisis?
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os contratos actuales no tienen una cláusula que obligue a los operadores a acatar las advertencias del centro de monitoreo, por lo que las empresas las reciben como simples consejos.
"Resulta crucial cambiar los contratos actuales, para que efectivamente podamos exigirles a las empresas que cumplan con los pasajeros cuando detectamos problemas o irregularidades en el servicio", dijo a "El Mercurio", el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.
El secretario de Estado agregó que con estas nuevas reglas se podrá ejercer más presión con multas en dinero para que se cumplan los estándares del servicio en los horarios peak .
Fiscalización
El Centro de Monitoreo de Buses amaneció ayer con la visita de Errázuriz, quien supervisó personalmente el recorrido C10.
Este centro cuenta con 31 especialistas-ingenieros y geógrafos-, cuyo objetivo es supervisar el flujo de las 4.500 máquinas en horario valle y los más de seis mil en horario punta.
Diariamente deben lidiar con 500 incidentes que se califican en observaciones y críticos, de los cuales el 80% se relaciona con problemas de flujo en áreas clave como la Alameda.
"Del total de incidentes, el 20% intenta solucionar la falta de buses de manera deficiente, mientras que existe otro 20% que ni siquiera responde a las alertas", comentó Juan Oñat, jefe del centro de monitoreo.
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